En la práctica se distingue el coaching personal del organizacional. Para cada caso las habilidades son diferentes, pero tienen algo en común: en ambos es la persona el centro de trabajo.
El coaching puede ser aplicado en ambas vertientes (personal y organizacional) por el profesional de la salud.
Los profesionales de la salud forman parte de equipos en los que se hace necesario el desarrollo de habilidades que pueden beneficiarse del coaching organizacional, ya que forman parte de sus cometidos, como el desarrollo del liderazgo, la mejora de las habilidades de comunicación, gestión de reuniones de trabajo, etc.