Johnny A. Pacheco F.
pachfons@gmail.com
@guarocoach
Los líderes que prometen sangre, sudor y lágrimas siempre consiguen más de sus seguidores que aquellos que les prometen seguridad y buenos momentos
George Orwell
El liderazgo es un proceso de influencia en el cual los líderes, pueden movilizar el apoyo de unos seguidores (adeptos), contextualizados en una situación, donde interactúan para alcanzar ciertas metas claramente especificadas, que benefician a los miembros del grupo. Esta concepción es aplicable con independencia de la fuente de autoridad del líder.
El poder suele concebirse como parte integrante del rol del líder; por cuanto lograr que se hagan las cosas requiere de éste, no obstante, puede variar considerablemente según la naturaleza del grupo y la fuente de autoridad del líder. Esta afirmación se sustenta, en la frecuente aparición emergente de un líder informal, que suele tener tanto o más poder para dirigir a otros como el líder designado. También se hace notoria la distinción por la recurrente tendencia de igualar las figuras de autoridad formal en las organizaciones como son: jefe, supervisor, coordinador, director, administrador, gerente; con la de líder.
El poder está estrechamente vinculado al concepto de autoridad, entendiéndose este como el derecho u obligación de procurar la obediencia, para que las cosas se hagan, sin ser igual; el poder es la capacidad demostrada de lograr a través de la influencia: obediencia, movilización. De esta inherente relación, se generan tres posibilidades de situaciones clásicas: autoridad sin poder, autoridad con poder y poder sin autoridad.
Un problema fundamental en la caracterización del dirigente es el modo en que llega a asumir el rol de liderazgo, la manera como el líder y los seguidores interpreten esta relación, adjudicará gran relevancia al proceso. Los grupos pueden tener una estructura informal o formal. En el primer caso: el líder deriva su status de otros miembros del grupo, que pueden concederlo o denegarlo; a esta pauta se le denomina liderazgo emergente. En el segundo caso, una estructura formal produce un liderazgo asignado o impuesto por una autoridad exterior. Esta distinción es importante de destacar por las fuerzas situacionales que influyen en la legitimidad de la posición del líder, y no su estilo de interacción, esto es porque aún cuando el grupo no participe en forma directa en la elección de un líder impuesto, es posible que éste sea percibido favorablemente, como consecuencia de poseer y/o manifestar ciertos atributos que también lo harían aceptable a los adeptos como líder emergente.
Actualmente se reconocen o adicionan dos conceptos vinculados al liderazgo: el liderazgo compartido: cuando diferentes integrantes de un grupo desempeñan diversas funciones de liderazgo, coadyuvando al logro de los objetivos de la organización y el coliderazgo: cuando el poder y el crédito se reparten sin inconvenientes en la institución.
En esta segunda entrega he deseado ampliar los diferentes aspectos que conforman este entretejido tan humano, tan deseado y tan necesario que es el liderazgo, y como lo reporté en la primera entrega no pretendo agotarlo sino generar algunas reflexiones en torno a la dirigencia.
En pocas palabras, un líder es un hombre que sabe a dónde quiere ir, se pone de pie y va.
John Erskine