Breve historia del Coaching

25 May, 22

Johnny A. Pacheco F.
pachfons@gmail.com
@guarocoach

En esta entrega deseo compartir la historia del vocablo coaching, que para sorpresa de muchos no es precisamente originario ni de Inglaterra ni de los Estados Unidos. Por allá por los siglos XV y XVI, en la ciudad húngara de Kocs, situada a unos 70 kms de Budapest (entre Viena y Pest), Kocs se convirtió en parada obligada para todos los viajes entre estas dos capitales. De esta manera se empezó a hacer muy común el uso de un carruaje caracterizado por ser el único provisto de un sistema de suspensión para dichos viajes. Además, destacaba por su comodidad frente a los carruajes tradicionales. Así comenzó a hablarse del kocsi szekér, o sea el “carruaje de Kocs”, símbolo de la excelencia. De esta forma, el término kocsi pasó al alemán como kutsche, al italiano como cocchio y al español como coche. En serbocroata, se dice kocsikázik para designar la acción de dar un paseo en coche. Por lo tanto, la palabra coach (coche) es de origen húngaro. De la ciudad Kocs, se formó la palabra kocsi (pronunciada “cochí”). El término “coach” se acuñó por primera vez en Inglaterra, en el año 1.500 (siglo XVI), refiriéndose a un tipo particular de carruaje que transportaba gente. Luego viene un gran desuso del término hasta que en las Universidades de Estados Unidos entre 1.930 y 1.940 se usó para el mentor que trabajaba con otro mentor en proceso formación. En la década de 1.960 el coaching personal empezó siendo un programa educativo para estudiantes con discapacidad, en la ciudad de Nueva York. A comienzo de 1.970 en Canadá se fusiona el coaching personal con el coaching empresarial. Por primera vez se comenzó a considerar como una profesión con una amplia formación y credenciales, lo que le generó a Canadá el liderazgo en el coaching personal. A partir de 1.980 el concepto de coaching ejecutivo empezó a surgir como una nueva y poderosa disciplina. En la actualidad, mucho de los principios del coaching derivan de la psicología deportiva.
Es así como la palabra “coach”, derivada de “coche”, cumple la función de transportar personas de un lugar a otro. El coaching, de alguna manera, también transporta a las personas de un lugar a otro. Es decir, del lugar donde están, a donde quieren llegar. La única distinción, dentro de esta analogía, es que el coach no es quien carga con el viaje, ni es responsable del rumbo y decisiones que el conductor (coachee), tome a lo largo del proceso.
El Coaching como profesión naciente necesita y está realizando investigaciones que validan su prolífico soporte teórico-conceptual, lo que sustenta su formación, las prácticas y desarrollo del coach profesional; certificando de esta manera un quehacer especializado, responsable y efectivo. En este sentido se han derivado diversas perspectivas, metodologías y estrategias que agregan valor, direccionalidad, guía, agrupamiento por áreas de interés, a la gran comunidad de profesionales del coaching, que poseen como hilo unificador el desarrollo integral del ser humano en el nivel personal y/o laboral.

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